Foto: https://alpialdelapalabra.blogspot.com/
ADHELY RIVERO
Nasceu em Barinas, Venezuela, em 1956.
Licenciado em Lingua e Literatura. Foi co-redator da revista Poesía.
Recebeu o Prêmio de Literatúra da Universidade de Carabobo, menção poesia, em 1981, com En el silencio del estanque.
Também o Prêmio Bienal de Poesia “Cecilio Zubillga Perera” da
Casa de la Cultura de Carora, em 1982, com Otras memorias, e o Prêmio de Poesia da Universidade de Los Llanos “Ezequiel Zamora”, em 1997.
Publicou os livros 15 poemas (1984), En sol de sed (1990),e
Los poemas de Arismendi (1996), entre outros.
TEXTOS EM ESPAÑOL – TEXTOS EM PORTUGUÊS
MAR AFUERA
Tengo el mar Caribe muy cerca.
Lo veo durante el día.
Me pregunto: quién me puso aquí,
mar afuera,
cuando mi cabeza es una cresta de olas?
Sé tan poco de estas costas,
algunos nombres de playas
malolientes a puertos y refinerías.
Calor y sudor.
En el campo es otra vida,
allí se siente el mar volando:
el mar y el amor de las mujeres en la playa.
Se come buen queso de vacas que pastan
en potreros salitrosos
que en el pasado fueron playas.
En la mañana pensamos
la mujer amada.
El mar lo corroe y lo borra todo.
[Poema extraído de https://alpialdelapalabra.blogspot.com/]
FESTIVAL MUNDIAL DE POESIA 3er. - ÁFRICA / AMÉRICA / ASIA / EUROPA / OCEANIA. Antologia 2007. Caracas: Casa Nacional de las Letras Andrés Bello, 2006. S. p.
Ex. bibl. Antonio Miranda
LA VIDA AUSTERA
Tan austera esta vida
que la mesada redunda en especies.
Cuando llego a la calle e entro a la cuadra
de residencia algún pariente me espera,
circunspecto en la sala, con un saco o una caja, pesados,
de olores agrios de estar a la intemperie.
Recibo la carta, la aprieto y siento el espesor de
la mesada
y contesto todo está bien, no es mucho.
Qué importan las letras, el disentir o algún
razonamiento en el papel.
Nada alcanza.
Cuídate en la calle, de noche, la gente.
Pronto te escribo, te envío queso y carne seca
y lo que me pides para conocer la ciudad.
Aquí la naturaleza es próspera y tolerante
con lo salvaje que somos.
LA CASA
Cuando salí del pueblo pensaba regresar
a comprar la casa de la esquina suroeste de la plaza,
cerca de un puerto solitario y entiendo el arraigo
de los dueños.
A cada vuelta al pueblo visito la calle y bajo mi familia
a la costa a contemplar las aguas pardas bajar
eternamente.
Me enteré que vendieron la casa que me gusta,
cerca de la plaza y del río de mi infancia.
Continuaré a la espera de la oferta
en el tránsito del pueblo que crece y se desborda,
solicitándole a Dios la gracia
que no se me adelante un turco y la transforme en tienda.
Por las aguas del río pasan las horas
mientras espero el día.
TEXTOS EM PORTUGUÊS
Tradução de Antonio Miranda
LA VIDA AUSTERA
Tan austera esta vida
que la mesada redunda en especies.
Cuando llego a la calle e entro a la cuadra
de residencia algún pariente me espera,
circunspecto en la sala, con un saco o una caja, pesados,
de olores agrios de estar a la intemperie.
Recibo la carta, la aprieto y siento el espesor de
la mesada
y contesto todo está bien, no es mucho.
Qué importan las letras, el disentir o algún
razonamiento en el papel.
Nada alcanza.
Cuídate en la calle, de noche, la gente.
Pronto te escribo, te envío queso y carne seca
y lo que me pides para conocer la ciudad.
Aquí la naturaleza es próspera y tolerante
con lo salvaje que somos.
LA CASA
Cuando salí del pueblo pensaba regresar
a comprar la casa de la esquina suroeste de la plaza,
cerca de un puerto solitario y entiendo el arraigo
de los dueños.
A cada vuelta al pueblo visito la calle y bajo mi familia
a la costa a contemplar las aguas pardas bajar
eternamente.
Me enteré que vendieron la casa que me gusta,
cerca de la plaza y del río de mi infancia.
Continuaré a la espera de la oferta
en el tránsito del pueblo que crece y se desborda,
solicitándole a Dios la gracia
que no se me adelante un turco y la transforme en tienda.
Por las aguas del río pasan las horas
mientras espero el día.
MAR AFORA
Tengo el mar Caribe muy cerca.
Lo veo durante el día.
Me pregunto: quién me puso aquí,
mar afuera,
cuando mi cabeza es una cresta de olas?
Sé tan poco de estas costas,
algunos nombres de playas
malolientes a puertos y refinerías.
Calor y sudor.
En el campo es otra vida,
allí se siente el mar volando:
el mar y el amor de las mujeres en la playa.
Se come buen queso de vacas que pastan
en potreros salitrosos
que en el pasado fueron playas.
En la mañana pensamos
la mujer amada.
El mar lo corroe y lo borra todo.
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Página publicada em maio de 2021
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